La gran sorpresa del año, el peso mexicano

La fortaleza del peso ha sorprendido no solo por la menor inflación y la posibilidad de que haya concluido el ciclo de alza de tasas en EU, hay otros factores detrás; con todo, hay riesgos ha tomar en cuenta.
14 Julio, 2023

El peso mexicano ha sido sin duda la gran sorpresa del año, ya que ha bateado prácticamente todos los estimados. A finales del año pasado, la encuesta de economistas Citibanamex mostró que el consenso de analistas económicos anticipaba que el peso mexicano alcanzaría 20.75 pesos por dólar al cierre de 2023. Hoy, dicho estimado se encuentra en los 18.30 pesos por dólar y, dada la actual fortaleza de la divisa, todo parece indicar que podríamos seguir viendo revisiones a la baja.

En la segunda semana de julio, el peso mexicano llegó a cotizar en 16.85 pesos por dólar, su mejor nivel desde 2015. Esta apreciación se atribuyó en gran parte al debilitamiento del dólar estadounidense, provocado por el más reciente dato de inflación en Estados Unidos y la esperanza de que la Fed ya concluyó su ciclo de alzas de tasas de interés. Sin embargo, existen otros factores que han contribuido a la fortaleza de la moneda mexicana, sobre todo frente a otras divisas emergentes. Entre los múltiples factores, destacamos:

* Carry trade atractivo. Carry trade se refiere a una estrategia de inversión en la cual el inversionista vende una divisa a una tasa de interés baja e invierte sus ganancias en otra moneda con mayor rendimiento a una tasa de interés más alta. En específico, el diferencial de tasas de interés entre el Banco de México (11.25%) y la Reserva Federal (5.25%) -que hoy en día es de 600 puntos base nominales y alrededor de 400 puntos base reales- ha resultado en un atractivo carry trade, lo que ha contribuido a fortalecer al peso mexicano.

* Posición fiscal estable. A pesar de los ligeros desvíos de las metas fiscales, el gobierno federal ha mantenido una política fiscal prudente, lo que ha mejorado la posición del país frente a sus homólogos. En 2022, la deuda pública como porcentaje del PIB fue de 49.4% y se espera que este año se eleve a 49.9%. En este contexto, Fitch Ratings reafirmó recientemente la calificación “BBB-” para la deuda de México y mantuvo la perspectiva estable. De acuerdo con la agencia calificadora, la ratificación se basa en la política macroeconómica sensata y la buena situación de las cuentas externas nacionales. Además, la sólida política fiscal que prevalece en el moderado déficit y la estabilidad de la deuda respecto al PIB también respaldan la calificación.

* Déficit de cuenta corriente manejable. El déficit de cuenta corriente de México se mantiene en niveles que pueden ser financiados con inversión extranjera directa. En específico, mientras que el déficit de cuenta corriente fue de 14 mil 282 millones de dólares en el primer trimestre del año, la inversión extranjera directa ascendió a 18 mil 636 millones de dólares en el mismo periodo.

* Ingresos sólidos de remesas. Los flujos de remesas que llegan a México han sido robustos, lo que ha contribuido a la estabilidad de la divisa nacional. De hecho, en mayo, las remesas registraron un récord de 5 mil 700 millones de dólares, mientras que el acumulado de doces meses alcanzó los 60 mil 800 millones de dólares.

Tendencias de nearshoring positivas. México se ha consolidado como un importante centro de ensamblaje de manufactura, lo que ha alentado las exportaciones e importaciones no petroleras. Este empuje positivo que ha traído consigo el nearshoring también ha beneficiado a la moneda.

La pregunta del millón sigue siendo cuánto tiempo durará el “superpeso”. Es difícil saberlo; sin embargo, es un hecho que existen desafíos que podrían impactar el desempeño de la moneda en el futuro. Destaco los principales:

* Disminución del carry trade en los próximos meses. Como mencioné, el diferencial de tasas entre el Banco de México y la Fed se encuentra hoy en día en máximos históricos; sin embargo, mientras que Banxico ya alcanzó un nivel máximo de tasa y podría comenzar un ciclo de recortes este año, la Reserva Federal ha dejado la puerta abierta para más incrementos en el corto plazo. Por ello, el diferencial actual (600 puntos base) podría empezar a reducirse en los próximos meses, lo que restaría soporte al peso mexicano.

* Vulnerabilidad ante desaceleración económica en Estados Unidos. La estrecha relación económica entre México y Estados Unidos hace que el peso sea susceptible ante cualquier desaceleración económica en su vecino del norte.

* Elecciones presidenciales y panorama político. Ahora que México se prepara para las próximas elecciones presidenciales, la incertidumbre política podría afectar la estabilidad de la moneda nacional. Aunque el partido del poder lidera las preferencias electorales, aún no hay certeza sobre quienes ocuparán un lugar en las boletas el próximo año ni tampoco sobre sus propuestas económicas. Asimismo, la composición del Congreso estará en juego en 2024, y el resultado será crucial para el balance de la siguiente administración. Además, no hay que olvidar que Estados Unidos también celebrará elecciones presidenciales en 2024. Basta recordar el “impacto Trump” en el peso para saber que nuestra moneda es sensible tambien a este proceso.

Así, es probable que la divisa nacional siga mostrando fortaleza en comparación con otras monedas emergentes; sin embargo, y aunque parezca letanía, en el horizonte todavía se vislumbra una ligera tendencia de depreciación. Por ello, no me queda duda que el peso mexicano seguirá dando de qué hablar.

Miriam Acuña Miriam Acuña Miriam Acuña encabeza el área de Análisis Económico de Grupo Bursátil Mexicano, forma parte del Comité Técnico del indicador IMEF, es miembro del panel de expertos de México ¿cómo vamos? y embajadora de Mujeres en Finanzas. Es Licenciada en Economía por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), misma institución en la que cursó la Maestría en Administración con Especialidad en Finanzas.

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