Programas sociales, falta de competitividad e improvisación: Receta de la crisis argentina

Macri pecó de optimismo y de improvisación al no implementar un plan para enfrentar la subida de las tasas de interés. "Cuando asumamos, van a llegar los dólares de las inversiones. No vinieron"
14 Octubre, 2018 Actualizado el 14 de Octubre, a las 19:23
El economista argentino Iván Cachanosky en entrevista en la Ciudad de México
El economista argentino Iván Cachanosky en entrevista en la Ciudad de México
Arena Pública

El incremento desmedido de programas sociales, una alicaída competitividad de la economía y la improvisación en las políticas públicas, terminan por pasar factura a la economía.

Ésa es una de las conclusiones que se derivan de la crisis que hoy enfrenta Argentina y el gobierno que encabeza el empresario Mauricio Macri.

“¿Por qué Argentina no funciona?” Se pregunta, en primera instancia, el economista argentino Iván Cachanosky entrevistado en la Ciudad de México.

Su respuesta condensa su diagnóstico de la grave crisis que hoy enfrenta su país: “Porque tiene 8 millones de personas que trabajan en el sector privado y que tienen que mantener a 20 millones de personas que reciben un cheque del Estado, entre jubilaciones, empleo público y planes sociales”.

Hace 15 años –explica- la relación era 7 a 7, pero “cuando pasan 15 años y tienes planes sociales que siguen y se incrementan, algo estás haciendo mal; porque el plan social tiene que ser transitorio hasta que consigas trabajo”.

Para el economista liberal argentino, con el gasto público desmedido para programas sociales, “le está haciendo creer a la gente que ellos no pueden valerse por sí mismos y esperan a recibir el dinero. Y la verdad es que la manera de salir de la pobreza es creando riqueza”.

La segunda pregunta que se plantea sobre la crisis argentina amplía su diagnóstico: “¿Y por qué esos millones de argentinos que viven de los planes sociales y del empleo público no migran a trabajar al sector privado?” Su respuesta es como un dardo en el corazón de un añejo problema estructural: “Porque Argentina no es competitiva”.

La pintura que devela Cachanosky en la entrevista parece el retrato de una economía trabajada por años en un lienzo de un gasto público desenfrenado. Subvenciones y más subvenciones, sin reparar que en algún momento se tendría que pagar esa abultada cuenta.

Muy poco se hizo para construir una economía que responda a los desafíos globales, relata el economista argentino entrevistado en un hotel de la pujante colonia Condesa en la capital de la República.

Dicho de frente: Argentina no tiene condiciones para competir. “Nuestros productos son malos, el gasto no se baja, entonces emitimos si hay inflación o nos endeudamos y lo paga el ciudadano de a pie. Y esta devaluación fuerte que tuvimos le pega a la inflación y lo va a seguir haciendo; y eso pega en la pobreza”.

Cachanosky calcula que Argentina terminará el año con un nivel de pobreza de 33% de su población, después del 27% del año pasado.

 

La pintura que devela Cachanosky en la entrevista parece el retrato de una economía trabajada por años en un lienzo de un gasto público desenfrenado. Subvenciones y más subvenciones, sin reparar que en algún momento se tendría que pagar esa abultada cuenta.

 

En las últimas semanas el peso argentino sufrió una brusca devaluación que la llevó a una paridad de casi 40 por dólar, mientras que el gobierno de Macri buscaba un rescate del Fondo Monetario Internacional que restableciera la confianza de los capitales internacionales bajo el compromiso de un estricto programa de orden en las finanzas públicas.

 

El presidente Mauricio Macri en conferencia de prensa el 28 de septiembre pasado (Foto: Casa Rosada)

 

De buenas intenciones está empedrado…

“Creo que hubo hubo buenas intenciones. Realmente este gobierno intentó generar algunos cambios”, responde Cachanosky sobre las primeras acciones económicas del gobierno de Macri.

Sin embargo “se pecó de optimismo”, remata. El economista que está cursando el doctorado en la Pontificia Universidad Católica Argentina y es economista en jefe de la Fundación Libertad y Progreso, explica que Macri confió en que su sola llegada, después de las políticas populistas que aplicó Cristina Kirchner, atraería a los capitales. Y eso no ocurrió.

“El gobierno decía: cuando asumamos, van a llegar los dólares de las inversiones. No vinieron. Y eso fue un error porque el problema es que Argentina no es competitiva; sí hay mas confianza, pero todavía no la suficiente para que vengan las inversiones. Por eso nos fuimos a la deuda”.

Pero hay más. Cachanosky también acusa al gobierno actual de improvisado, de no haber implementado un plan para enfrentar la subida de tasas de interés.

“Tarde o temprano se sabía que Estados Unidos iba a empezar a subir las tasas de interés. Hubo 8 años de fiesta financiera y Argentina llegó a la fiesta a las 5 de la mañana cuando estaba terminando. No hubo un plan ‘b’. Entonces, no tener un plan ‘b’ y tener metas muy optimistas creo que fue lo que más complicó a este gobierno”.

Y mientras que Christine Lagarde, directora-gerente del FMI alababa, esta vez, la disciplina financiera del gobierno de Macri, los analistas argentinos esperan una inflación para septiembre en un rango de 5.5% a 7.3%, mientras que la economía podría contraerse entre 5% y 6% en el último trimestre del año.