Las bacterias podrían ayudarte a recargar tu smartphone, según estudio de la Universidad de Oxford

Un generador de electricidad microscópico puede ser el siguiente paso para baterías con mayor vida útil.
19 Julio, 2016 Actualizado el 19 de Julio, a las 22:27
"La naturaleza es brillante en crear diminutos motores...existe un enorme potencial si podemos entender cómo explotar diseños similares", dijo Julia Yeomans, autora principal del estudio.
"La naturaleza es brillante en crear diminutos motores...existe un enorme potencial si podemos entender cómo explotar diseños similares", dijo Julia Yeomans, autora principal del estudio.
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Las bacterias podrían ser de gran importancia en el futuro de la energía renovable.

Un grupo de investigadores en la Universidad de Oxford ha demostrado cómo el movimiento natural de las bacterias puede ser aprovechado para armar “parques eólicos” microscópicos.

Los científicos han afirmado que el movimiento sincronizado de las bacterias puede crear suficiente energía para convertir rotores cilíndricos y proporcionar una fuente de energía constante. La bacteria actúa como una materia activa densa, capaz de girar los rotores en miniatura, al igual que la tecnología que observamos en los molinos de viento.

 

Energía a pequeña escala

El co-autor de la publicación, Tyler Shendruk, entiende que la sociedad actual necesita medir electricidad en grandes cantidades, sin embargo señala que para sistemas mucho más pequeños resulta de beneficio “cosechar” la energía utilizada, utilizando sistemas biológicos.

Los investigadores señalan que estas plantas de energías biológicamente impulsadas algún día podrán ser usadas en motores microscópicos y en sistemas de teléfonos inteligentes. La ventaja de esta fuente es el hecho de ser auto-ensamblados y con un sustento propio, lo que se traduce en una vida útil más larga. 

 

Organizando el movimiento de las bacterias

Las suspensiones bacterianas densas son un claro ejemplo de movimiento espontáneo. Mientras que las bacterias son grandes conductores, tienen un problema al momento de querer extraer energía.

Para resolver esto, el equipo de Oxford sumergió un entramado de 64 microrrotores en una suspensión bacteriana densa. Las bacterias se organizaron espontáneamente de una manera tal que los rotores vecinos empezaron a girar en direcciones opuestas creando suficiente energía para cargar baterías pequeñas.

“Cuando hicimos la simulación con un solo rotor en la turbulencia bacteriana era expulsado sin posibilidad, pero cuando colocamos una serie de estos objetos de repente se convirtió en un patrón regular. Los rotores vecinos empezaron a girar en direcciones opuestas,” aseguró el Dr. Shendrunk.

Los investigadores especulan sobre la capacidad de conseguir una pequeña cantidad de energía a partir de pequeños sistemas biológicos, el valor de éstos es que no se requiere de una potencia de entrada para poder moverse, es autosuficiente.

El autor principal del estudio, Julia Yeomans, comentó que "la naturaleza es brillante en crear diminutos motores...existe un enorme potencial si podemos entender cómo explotar diseños similares."

 

MÁS INFORMACIÓN: Baterías recargables microbianas - ACS Publications.