Primer vuelo comercial de Virgin Galactic, una “probadita” del espacio exterior

Para Mario Alberto Mendoza, especialista en desarrollo aeroespacial, Virgin Galactic debe priorizar la seguridad de los tripulantes dadas las condiciones del límite atmosférico.
17 Agosto, 2023 Actualizado el 18 de Agosto, a las 14:34
El vuelo de Virgin Galactic permite llegar a una región conocida como La línea de Kármán. (Imagen: Virgin Galactic)
El vuelo de Virgin Galactic permite llegar a una región conocida como La línea de Kármán. (Imagen: Virgin Galactic)
Arena Pública

Los vuelos comerciales al espacio ya son una realidad, después de que la empresa aeroespacial Virgin Galactic lograra completar su primer vuelo comercial al espacio, con una tripulación de seis personas, quienes a bordo de la nave, despegaron desde Spaceport America en Nuevo México para dar lugar a la misión “Galactic 02”.

 Durante 70 minutos, la empresaria Keisha Schahaff y su hija, y el ex olímpico Jon Goodwin, disfrutaron de la misión que tuvo un precio de 450 mil dólares. La nave de la misión fue tripulada por seis personas, cuatro de ellas eran mujeres. Las personas a bordo de la nave llegaron a una altura de más de 80 kilómetros por encima de la superficie terrestre, zona que para el Gobierno estadounidense corresponde al límite de la atmósfera y el inicio del espacio exterior.

Para llevar a cabo esta misión, Virgin Galactic utilizó un método de lanzamiento aéreo compuesto por la nave espacial VSS Unity para seis pasajeros y el avión portador de doble fuselaje VMS Eve. Eve transporta Unity a unos 50,000 pies (15,000 metros) de altitud, donde el avión espacial es liberado y enciende su motor cohete para ascender al espacio suborbital.

En el vuelo Galactic-02, Eve despegó de Nuevo México a las 10:30 am y soltó a VSS Unity aproximadamente 45 minutos después. Esta alcanzó una altitud máxima de 55 millas (88.5 kilómetros) antes de regresar a la Tierra, los pasajeros del vuelo Galactic 02, al igual que todos los que viajan en Unity, disfrutaron de unos minutos de ingravidez. A las 11:30 am, Unity aterrizó exitosamente en la pista de Spaceport America, según informó Virgin Galactic. 

Pasó casi una década para que la empresa pudiera marcar un precedente en la historia de los viajes turísticos al espacio, algo que SpaceX, compañía de exploración aeroespacial, también ha intentado por años. Pero la tecnología de Virgin Galactic es distinta. Para Mario Alberto Mendoza, profesor investigador en Centro de Desarrollo Aeroespacial del Instituto Politécnico Nacional, el tipo de tecnología que Virgin Galactic utiliza, debe albergar sofisticados instrumentos que deben, sobre todo, priorizar la seguridad de los tripulantes dadas las condiciones del límite atmosférico. 

“En principio, estas cápsulas deben de tener un contacto y un enlace permanente con tierra para monitorear su trayectoria, su estado, todos sus elementos a bordo para que se garantice la seguridad de estas misiones ya tripuladas a estas regiones de la atmósfera terrestre. Las cápsulas o los habitáculos que utilizan las empresas para poder transportar pasajeros o turistas al espacio necesitan tener medio de soporte vital; deben de llevar a bordo implementos para dotar de oxígeno a los pasajeros, y para conservar una temperatura a la cual los seres humanos puedan estar de manera confortable, con una serie de elementos para garantizar la seguridad y la supervivencia de los pasajeros a bordo”, dijo Mendoza en entrevista.

Pero aún con este tipo de instrumentos y tecnología, aún hay riesgos, por ser una región peligrosa: “A esa altura ya existe una mayor dosis de radiación solar, sabemos que la atmósfera terrestre funciona como filtro, justamente para poder contener los rayos ultravioleta. Si los pasajeros se exponen directamente a estos rayos puede causar diferentes enfermedades, como cáncer de piel”, asegura el experto. 

“Son condiciones muy complicadas para las que el cuerpo humano no está diseñado. Sí se requieren condiciones técnicas que permitan protección térmica, registrar una temperatura dentro de un rango cómodo del orden de los 25 Grados sobre 0, niveles de oxígeno para que puedan estar conscientes a esta altura y sobre todo un nivel de protección contra radiación que evite que esta exposición afecte de manera directa a la piel. Las condiciones son muy duras para emprender este tipo de “turismo” espacial”, agregó el experto.

Pero además, es importante resaltar que este “turismo espacial”, no lleva a los pasajeros completamente al espacio. Es tan sólo una probadita de él. El vuelo de Virgin Galactic permite llegar a una región conocida como "La línea de Kármán", que está situada en la frontera invisible entre la atmósfera terrestre y el espacio. Aunque aún se encuentra en debate, se ha situado esta altitud a 100 kilómetros sobre el nivel del mar, en el límite inferior de la termosfera. Esta capa terrestre es donde residen todos los satélites artificiales. Aun cuando las aeronaves vuelan a altitudes mucho más bajas, esta sería la altitud en la que la velocidad de sustentación de una aeronave se equipara con la velocidad necesaria para mantener una órbita estable. Aunque, desde luego, los tripulantes pudieron observar la curvatura de la tierra y una parte del espacio exterior.

Virgin Galactic aseguró que, por ahora, se emprenderán este tipo de vuelos cada mes, aunque se espera que en un futuro, sean semanales. Para Mario Mendoza, esto resulta prometedor, y aseguró que una de las ventajas que traerá en el futuro, será el desarrollo e implementación de una tecnología mucho más sofisticada. 

“La derrama tecnológica y económica de estos viajes podría utilizarse para desarrollar instrumentos con un mejor desempeño, aeronáuticamente hablando, materiales más ligeros, con tecnología electrónica miniaturizada para poder garantizar que estos vehículos puedan subir sin problema a las regiones que se requieren. Yo creo que en unos 5 años puedan traer una derrama en la parte de materiales, que son muy importantes para el desarrollo de muchos instrumentos científicos que  actualmente se están desarrollando”, dijo Mario, quien actualmente se encuentra en Nuevo México, para el lanzamiento del Experimental Module for the Iterative Design for Satellite Subsystems version 4 (EMIDSS-4), en colaboración con la NASA. 

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