¡Alto! ¿Que nadie se mueva?

74 de cada 100 mexicanos que nacen en el grupo de los más pobres, no lograrán superar la condición de pobreza.
20 Mayo, 2019

En México las condiciones de origen de las personas aún determinan, en gran medida, el destino de las personas.

Ahora también sabemos, gracias a la Encuesta ESRU de movilidad social en México 2017 (ESRU-EMOVI 2017), que esta influencia presenta severas diferencias regionales que hacen que la situación de movilidad social en el sur del país resulte dramática. Detrás de este patrón de reducidas opciones de ascenso social se encuentra la falta de oportunidades y su desigual distribución entre los mexicanos.

Estos tres resultados clave del Informe movilidad social en México 2019: hacia la igualdad regional de oportunidades, recién publicado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), refuerzan la necesidad de que el Estado mexicano logre generar y distribuir oportunidades entre todos los mexicanos, y en particular, para aquéllos nacidos en el sur del país.

El informe confirma que la tendencia general en México no ha cambiado desde hace, por lo menos, seis años que el CEEY publicó su pasado Informe de movilidad social.

En esta ocasión, se encuentra que a partir de una medición para 5 grupos económicos, 49 de cada 100 mexicanos que nacen en el grupo más pobre, mantienen la misma posición durante su vida adulta. Entre los que logran escalar su posición, 25 se ubican en el segundo grupo. Lo anterior implica que 74 de cada 100 mexicanos que nacen en el grupo de los más pobres, no lograrán superar la condición de pobreza. En otras palabras, entre los mexicanos que nacen en el grupo económico de los más pobres, solamente una cuarta parte de ellos logrará superar la condición de pobreza en su vida adulta (ver Figura 1).1

 

 

El rostro regional de la movilidad social en México está en el corazón del informe del CEEY. A partir de una comparación de 5 grandes regiones, los resultados muestran un contraste consistente y dramático con lo observado en otros ámbitos del desarrollo nacional.

De los mexicanos originarios del sur, 86 de cada 100 que nacen en el grupo de hogares más pobres no logran superar la condición de pobreza. En cambio, entre los originarios del norte, esta cifra baja a 54. Esto quiere decir que la posibilidad de superar la pobreza para los mexicanos que nacen muy pobres, es de más del triple para los originarios de los estados fronterizos con Estados Unidos (ver Figura 2).

 

 

¿Qué hay detrás de la baja movilidad social nacional y las diferencias tan marcadas entre las regiones del país? El informe del CEEY apunta hacia la desigualdad de oportunidades.

El hallazgo que se presenta indica que de la totalidad de la desigualdad económica del país, al menos la mitad se explica por razones que no tienen relación con el esfuerzo que los mexicanos pongan a lo que realizan (ver Figura 3).

Este resultado no significa que dicho esfuerzo no genere beneficios. Sin embargo, estos no serán parejos por la simple razón de que las diferencias de origen por el nivel de riqueza, educación, región u otras circunstancias, como por ejemplo, el sexo o el color de piel, resultan determinantes. Además de injusto, lo anterior también resulta ineficiente, y por ende, negativo tanto social como económicamente.

 

 

Que la movilidad social en México no presente avances, que las diferencias a nivel regional sean tan dramáticas, y que detrás de esta dinámica se encuentre un papel tan importante de la alta desigualdad de oportunidades, es un llamado urgente hacia la priorización de una actuación del Estado mexicano que garantice pisos de arranque y avance parejos para toda la población mexicana.

De manera sistemática, el CEEY ha postulado la necesidad de realizar una reforma hacendaria profunda con un fin que se constituya en el primer paso para lograr un país de igualdad de oportunidades con movilidad social. Dicho fin se refiere al establecimiento de pilares universales en los ámbitos de la educación, salud, trabajo, sistema financiero y protección social.

El informe del CEEY también plantea otra necesidad: que la construcción y operación de dichos pilares incluya una estrategia progresiva en términos de región y territorio. Sin ella, no se logrará superar las barreras al desarrollo, que si bien no son únicas, sí son las más visibles para la población mexicana del sur del país.

 

@RobertoVelezG

* Roberto Vélez Grajales es Director Ejecutivo del CEEY


[1] Para estimar la movilidad social relativa intergeneracional se definen 5 grupos económicos. Los del primer grupo son a quienes se menciona indistintamente en esta columna como «los más» o «muy pobres».

Roberto Vélez Grajales Roberto Vélez Grajales Director Ejecutivo del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), donde anteriormente fungió como Director de Movilidad Social. Sus intereses de análisis, además de movilidad social, se concentran en igualdad de oportunidades, desarrollo humano y antropometría histórica. Es economista por la Universidad de las Américas-Puebla, maestro en Economía por El Colegio de México, y doctor en Historia Moderna por la Universidad de Oxford.