Recorte al Gasto: ¿Fracaso de la Reforma Fiscal?

La reforma fiscal puesta en marcha a partir de 2014 establecía como primer objetivo “Fortalecer la responsabilidad hacendaria: se establece una regla de balance estructural…” (pag.3), la cual se confirma en los Criterios Generales de Política Económica del 2014 (pag 83-84).
3 Febrero, 2015

La reforma fiscal puesta en marcha a partir de 2014 establecía como primer objetivo “Fortalecer la responsabilidad hacendaria: se establece una regla de balance estructural…” (pag.3), la cual se confirma en los Criterios Generales de Política Económica del 2014 (pag 83-84).

El propósito fundamental de la regla estructural es aislar las finanzas públicas tanto de la volatilidad del ciclo económico como del precio internacional de algún comodity relevante para las finanzas del país: el petróleo en el caso de México. De esta forma se evita que el presupuesto federal esté sujeto a recortes del gasto cuando por alguna razón la economía se cae o el precio del petróleo se desploma. Para ello se requiere una disciplina responsable en el cómputo del ingreso y gasto estructural. Es obvio que si el gobierno tuvo que recurrir a un primer recorte de gasto en 2015, ante la caída en el precio del petróleo, entonces la reforma fiscal fracasó en este objetivo: las finanzas públicas continúan petrolizadas.

Ante la pregunta de si el recorte al gasto era un fracaso parcial de la reforma fiscal, un comentarista afirmó que no porque es prácticamente imposible que alguna reforma fiscal elimine la dependencia del petróleo.  En Chile, primer país exitoso en la región en aplicar la regla fiscal estructural, el presupuesto no se recorta cada vez que se cae el precio del cobre. Y eso que en Chile las exportaciones de cobre representan más de la mitad de las exportaciones totales y los ingresos fiscales por el cobre representan alrededor de 15% de los ingresos del gobierno, aunque llegaron a representar más de 30% hace apenas unos años. Es más, cuando el precio del cobre se cae, las cuentas fiscales no se descuadran porque se usan ahorros del pasado para compensar el faltante de ingresos, lo cual permite mantener la trayectoria del gasto. El éxito chileno está en una aplicación estricta y responsable de la regla fiscal estructural.

A la pregunta de si el recorte va a afectar el crecimiento del año, el gobierno y algunos simpatizantes de la versión oficial dicen que no, unos porque aseguran que el recorte es relativamente muy pequeño y otros porque dicen que es gasto ineficiente. Desde una perspectiva puramente aritmética, el crecimiento del PIB real es igual al crecimiento del PIB nominal menos la tasa de inflación (medida por el deflactor). De aqui, si el gobierno le quita al PIB nominal recursos por 0.7% del total a través del recorte al gasto, y si ello no afecta a la inflación, entonces todo el ajuste lo recibe el crecimiento del PIB real. Para que no haya efecto sobre el PIB real la inflación tendría que disminuir en la misma proporción que el gasto público para neutralizar el efecto sobre el crecimiento. Esto ultimo no está claro que vaya a suceder en el 2015.

Sin embargo, algunos analistas podrían argumentar que la relación anterior no se cumple, porque no se cumplió en 2014 cuando se esperaba el efecto contrario: es decir, el gasto expansivo no produjo el efecto positivo esperado sobre el crecimiento. El problema aquí es que en el 2014 el mayor gasto público –en parte financiado por mayores impuestos– si produjo una elevación de la inflación, lo cual neutralizó el avance del PIB real. Pero por otro lado, en el 2014 el gasto público aumentó a expensas del gasto privado a través de gravarlo con más impuestos, por lo que el aumento en el gasto total fue menor.  Así, la relación anterior también se cumplió en la dirección opuesta, solo que el aumento inflacionario y el desplazamiento del gasto privado neutralizaron el aumento en el PIB real.

Por lo tanto, quienes aseguran que el recorte no tendrá efecto sobre el crecimiento o solo lo hará en una o dos décimas, lo que están suponiendo es que la inflación disminuirá en una proporción cercana a la del recorte al gasto. Un supuesto dificil de creer, sobre todo en un ambiente de depreciación cambiaria.

En el 2009 pasó lo mismo, se anunció que el país por primera vez en la historia era capaz de poner en marcha una política contracíclica, pocos meses después se anunciaba el primer recorte al gasto y antes de que terminara el año vino el segundo recorte. En ese año, la inflación promedio no disminuyó a pesar de que la economía se cayó casi 5%. Claro el tipo de cambio se depreció en poco más de 20% en promedio en ese año. Pero en el 2015 la depreciación podría rondar entre 10% y 15%, lo cual hace dificil que la inflación pueda caer lo suficiente para contrarrestar la caída en el PIB real.

Twitter: @AlfredoCoutino

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Para mayores detalles sobre la Regla Estructural consulta el siguiente artículo: Structural Fiscal Rule: A Proposal for Mexico

Alfredo Coutiño Alfredo Coutiño Economista por la UNAM, maestro en Economía por el ITAM y doctor en Economía Aplicada por la Universidad Autónoma de Madrid. Es director para América Latina de Moody's Analytics, subsidiaria de la calificadora Moody's Corporation, desde 2005 en donde lidera el análisis, modelos y pronósticos para América Latina. Fue director de Ciemex-Wharton Econometrics.