Sin crédito para viviendas, en el sur de México se construyen casas vulnerables

En Chiapas, Guerrero y Oaxaca 8 de cada 10 trabajadores son informales y no tienen créditos de vivienda.
11 Abril, 2018 Actualizado el 11 de Abril, a las 10:45
Casa en Zinancantán, Chiapas. Foto: Eduardo Robles Pacheco / algunos derechos reservados.
Casa en Zinancantán, Chiapas. Foto: Eduardo Robles Pacheco / algunos derechos reservados.
Arena Pública

Al sur de México una casa propia no es sinónimo de patrimonio seguro.

Contra lo que se podría pensar, los habitantes de los estados más pobres del país cuentan con el mayor porcentaje de casas propias a nivel nacional.

Más de 70% de las viviendas en Chiapas, Guerrero y Oaxaca son propias, mientras que en Nuevo León, uno de los estados con mayor riqueza, la proporción no llega a 50%, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El dato desafía a la lógica ya que 8 de cada 10 trabajadores en Chiapas, Guerrero y Oaxaca trabajan en la informalidad, es decir, no tienen acceso a créditos para la vivienda ni a la seguridad social, la tasa más alta a nivel nacional.

Pero ni la falta de acceso a créditos ni los salarios bajos impiden a los chiapanecos, guerrerenses y oaxaqueños tener una vivienda propia, pues 65% de los informales en México recibe un salario mensual menor a 8 mil pesos, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi.

Dos organismos en México se encargan de otorgar créditos a la vivienda a las personas que trabajan en la formalidad, ya sea en empresas privadas u organismos públicos: el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) y el Fondo de la Vivienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Fovissste).

Sin embargo el Estado no ha articulado un sistema de créditos que garantice el acceso a la vivienda a los informales, a pesar de ser un derecho social consagrado en la Constitución.

De ahí que las viviendas propias al sur del país, lejos de constituirse en una seguridad patrimonial para sus habitantes, dejan a las familias en la vulnerabilidad.

 

La alta tasa de informalidad en la población evita el acceso a algún crédito de vivienda. Foto. Oisin Prendiville / algunos derechos reservados.

 

Las casas situadas en esos tres estados no alcanzan la media nacional en cuanto a los indicadores de vivienda digna justo en una zona caracterizada por sufrir constantemente desastres naturales como terremotos y tormentas.

Más de 20% de las casas en Chiapas, Guerrero y Oaxaca no tienen paredes de tabique, ladrillo o concreto, el doble que el promedio nacional de 10%. Menos de la mitad tienen techo de losa o vigueta y menos de 40% tiene agua entubada dentro de la vivienda.

“En términos formales los derechos sociales -como el de vivienda- tendrían el mismo nivel de justiciabilidad que los derechos individuales, como el derecho a la libertad de expresión o a la integridad personal. Sin embargo, en el terreno práctico, los esfuerzos de los poderes públicos para proteger y garantizar el derecho a una vivienda tienen un marcado déficit en relación con otro tipo de derechos”, señaló Alejandro Díaz Pérez, especialista en derechos humanos a Nexos en febrero de 2018.

 

MÁS INFORMACIÓN: Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, Inegi, consultado el 10 de abril de 2018.

 

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