Kuczynski se derrumba poco a poco en Perú ante el poder del Fujimorismo

Keiko o Kenji Fujimori, ambos hijos del exmandatario peruano podrían emerger como los futuros líderes de un país que se siente traicionado, tras el indulto de Kuczynski
6 Enero, 2018 Actualizado el 8 de Enero, a las 10:51
Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski estrechando manos.
Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski estrechando manos.
Arena Pública

El indulto otorgado por el presidente peruano a Alberto Fujimori podría abrir las puertas al regreso del fujimorismo en Perú.

“Ya tienen al Congreso, ahora van a tener al Ejecutivo. Porque Kuczynski se ha convertido en un rehén" declara en entrevista el nobel peruano Mario Vargas Llosa, haciendo referencia al hecho de la mayoría fujimorista en el Congreso del país.

La noche del 24 de diciembre del 2017 el presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski otorgó el indulto a Alberto Fujimori, expresidente de la misma nación acusado de delitos de lesa humanidad y corrupción, quien llevaba ya más de 10 años cumpliendo su condena.

Esto, solo tres días después de que 10 legisladores encabezados por Kenji Fujimori, hijo del expresidente, se abstuvieran de votar a favor de retirar al presidente Kuczynski de su cargo tras los escándalos de corrupción ligados con la empresa Odebrecht.

 

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A todas luces el indulto fue tomado como un intercambio de favores entre el actual presidente y la facción política pro Fujimori.

“Desde el principio, Kuczynski, un empresario y economista, era un accidente esperando ocurrir”, se lee en las páginas de The Economist.

El diario inglés destaca en un artículo publicado el cuatro de enero que el presidente peruano no tiene ninguna habilidad política, y ni siquiera parece darse cuenta de ello. Hace énfasis que Kuczynski no ganó las elecciones, fue el sentimiento anti fujimorista que lleva consigo la mayoría de la población peruana.

 

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Sintiéndose traicionados, los peruanos podrían abstenerse de votar en las siguientes elecciones dejándole camino libre al voto duro de Fuerza Popular, partido formado principalmente por fujimoristas.

El país se encuentra dividido en quienes creen que Alberto Fujimori hizo un buen trabajo económico con el país y quienes lo tachan de un dictador que cometió crímenes de lesa humanidad.

En un contexto diferente el indulto pudo haberse otorgado para unificar al país, sin embargo, en estas circunstancias la decisión de Kuczynski es vista más como una traición a quien votó por él, que un acto de piedad a alguien que agoniza en la cárcel.

Mario Vargas Llosa, quien perdiera las elecciones con Alberto Fujimori en 1990 considera al actual presidente como un caballo de troya del Fujimorismo, pues no es más que un rehén del fujimorismo tras haber entregado el indulto.

 

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“Hubiera hecho mejor en renunciar”, escribe The Economist, y es que este acto hizo que no solo el presidente perdiera su credibilidad ante los ciudadano también ante su mismo gabinete.

El tres de enero se reportó que el ministro de Defensa de Perú, Jorge Nieto, renunció a su cargo, convirtiéndose en el tercer secretario en dejar su cargo después del indulto otorgado por Kuczynski. Nieto se suma a los ministros de Interior de Cultura que también renunciaron.

La administración de Kuczynski se derrumba poco a poco, el apatismo político en la sociedad puede surgir y en este contexto, Keiko o Kenji Fujimori, ambos hijos del exmandatario, podrían emerger como los futuros líderes de un país que se siente traicionado.

 

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